Creando derechos de autor más permisivos
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Tradicionalmente, las mentes creativas se han visto con pocas opciones a la hora de ofrecer acceso a sus obras. Bajo el auspicio del rígido e inflexible Copyright, los contenidos quedan bajo una amplia protección legal; sin embargo, se obvian muchas posibilidades de colaboración, distribución y reutilización.
La alternativa consiste en olvidar cualquier tipo de licencia y perder en cierta medida el control sobre las obras. Crative Commons pretende cubrir este hueco, permitiendo que cualquiera pueda establecer una licencia de uso para sus creaciones de forma simple pero eficaz, a la vez que válida legalmente hablando.
Se trata de cambiar el “Todos los derechos reservados” por algo así como “Algunos derechos reservados”, dejando bien claro que se puede y que no se puede hacer con dichas obras.
Este tipo de licencias nacieron de la idea de la GNU GPL (dedicadas al software) y poseen un fin bien claro: permitir que las obras se distribuyan lo máximo posible, independientemente de la motivación, pero manteniendo los derechos sobre la autoría.
Este es uno de los objetivos por los cuales se creo la organización sin fines de lucro Creative Commons; desarrollando modelos de propiedad más permisivos y al parecer, más acordes a nuestra era.
La corporación nace en el año 2001, de la mano de Lawrence Lessig, entre otros. Este catedrático de de derecho se encontraba por aquel entonces con problemas en las cortes en contra de la extensión del periodo del copyright. A saber que, la legislación americana , tras un periodo de 70 años de que una obra fuera registrada, pasa al dominio público, quiere decir que no hay que pagarle a nadie por utilizarla, ni tampoco pedirle permiso al poseedor de los derechos. La última revisión de la y extendía hasta casi 100 años el periodo de forma retroactiva. Por ejemplo, de no haber ganado esos casos, Mickey Mouse, creado en los años 20, no sería más propiedad de Disney exclusivamente.
Esta nueva forma de distribuir las obras alienta su copia, siempre y cuando se mencione al autor original. En la nueva era digital, dónde copiar masivamente es lago trivial, esta nueva regla tiene mucho más sentido que la tradicional y no la trasgrede, como le sucede al copyright.
Creative Commons permite establecer determinadas restricciones sobre la utilización de las obras, como obligar a que no se use comercialmente o permitir o no modificaciones a las mismas. Pero quizá el más grande logro es el hacer llegar estos derechos a los consumidores sin los quebraderos de cabeza por tener que consultar complejos textos jurídicos.
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Imagen por: AJC1, tomada bajo una licencia Creative Commons
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