¿Baño matutino o nocturno? La ciencia revela cuál es la mejor hora para ducharte
La BBC planteó recientemente una pregunta que divide a millones de personas en el mundo: ¿conviene más ducharse en la mañana o justo antes de irse a dormir? Más allá de las preferencias personales, la ciencia ha explorado los efectos que cada costumbre tiene en la higiene, el sueño y la salud. Lo cierto es que tanto ducharse en la mañana como en la noche tienen sus defensores y argumentos sólidos para respaldar su posición, pero las investigaciones revelan algunos datos sorprendentes que podrían ayudarte a tomar la mejor decisión para tu rutina diaria.
Quienes defienden la ducha nocturna suelen argumentar que acostarse limpio ayuda a eliminar la suciedad acumulada durante el día y a dormir mejor. No les falta razón: a lo largo de la jornada, la piel acumula sudor, grasa, polvo, polen y contaminantes que, de no retirarse, terminan en las sábanas. Además, nuestra piel es el hogar de millones de bacterias que se alimentan del aceite secretado por las glándulas sudoríparas. Aunque el sudor en sí no huele, los compuestos producidos por estos microorganismos sí pueden generar mal olor, lo que convierte la ducha nocturna en una opción muy tentadora para mantener la frescura durante la noche.
Sin embargo, los especialistas coinciden en que la higiene nocturna tiene sus límites. La microbióloga Primrose Freestone, de la Universidad de Leicester, recuerda que durante la noche seguimos sudando hasta medio litro y liberamos unas 50.000 células cutáneas, lo que crea un entorno perfecto para bacterias y ácaros del polvo. “Al despertar, aunque te hayas duchado antes de dormir, todavía olerás un poco”, explica la experta. Por eso, los científicos enfatizan que lavar la ropa de cama con regularidad es incluso más importante que la hora del baño, ya que las bacterias y ácaros acumulados pueden afectar significativamente la calidad del descanso.
Más allá de la higiene, muchos defienden la ducha nocturna por su impacto en el descanso. Un metaanálisis que revisó 13 estudios encontró que tomar una ducha o un baño caliente de unos 10 minutos, una o dos horas antes de dormir, ayudaba a conciliar el sueño más rápido. La explicación es que elevar la temperatura corporal antes de enfriarse podría funcionar como una señal para el reloj interno del cuerpo, favoreciendo la somnolencia. Aunque la evidencia aún no es concluyente, para algunas personas esta rutina se traduce en noches más reparadoras y un descanso de mejor calidad.
Por su parte, quienes prefieren bañarse en la mañana argumentan que ayuda a “despertar” y empezar el día con energía. Freestone, por ejemplo, asegura que prefiere esta opción, ya que elimina el sudor y los microbios acumulados durante la noche, dejando una sensación de frescura para afrontar la jornada. “Si te duchas una vez al día, probablemente no importe a qué hora lo hagas”, concluyen los expertos, lo que sugiere que la hora ideal para ducharse depende más de las preferencias personales y del estilo de vida que de requerimientos estrictos de higiene o salud.
Más información | La Tercera
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