Mario Guevara, conocido periodista hispano en Estados Unidos deportado a El Salvador
La libertad de prensa es un pilar fundamental en cualquier democracia, y cuando un periodista es detenido y deportado, surgen preguntas inquietantes sobre hasta dónde llegan los límites de la autoridad. Este es el caso de Mario Guevara, un periodista hispano de 48 años, quien fue deportado a El Salvador ayer viernes 3 de octubre, tras ser detenido en junio mientras cubría una protesta en las afueras de Atlanta, Estados Unidos. Su caso ha encendido las alarmas en organizaciones defensoras de la libertad de prensa y los derechos civiles.
Guevara, reconocido por su labor en medios de habla hispana en Atlanta, fue arrestado por la policía local y posteriormente entregado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), permaneciendo detenido por más de 100 días en lo que él mismo describió como “una tortura”. Lo más preocupante es que, según sus abogados, los cargos penales en su contra fueron desestimados rápidamente por los fiscales locales, y un juez de inmigración ordenó su liberación bajo fianza. Sin embargo, ICE se negó a liberarlo, argumentando que su reportaje era “peligroso”. Esta situación sugiere que su detención y posterior expulsión fueron una represalia por su trabajo periodístico, una grave violación a sus derechos constitucionales.
El 2 de octubre de 2025, el Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito negó una solicitud de emergencia para suspender su orden de deportación, un revés legal que resultó en su traslado aéreo inmediato desde el centro de detención en Louisiana hasta El Salvador. Su familia —su esposa y tres hijos que permanecen en Georgia— no pudo despedirse en persona. El caso es particularmente desgarrador para su hijo Oscar, quien sufre de un tumor cerebral y depende de su padre para apoyo físico y emocional, describiendo la separación como una “devastación” para la familia.
La controversia se intensifica al considerar el contexto. Guevara huyó de El Salvador hace dos décadas buscando refugio y construyó una importante carrera forjando una audiencia en Atlanta, primero en el periódico Mundo Hispánico y luego con su propio medio digital, MG News. Su estilo de reportar en vivo, cubriendo eventos donde el ICE y otras agencias policiales operaban, lo puso en el ojo del huracán. En el momento de su arresto, vestía una camiseta con la palabra “PRENSA” que lo identificaba claramente como periodista. A pesar de esto, y de que no se registraron mayores confrontaciones en la protesta que cubría, fue detenido.
La Comisión para la Protección de los Periodistas (CPJ) y la ACLU (Unión Estadounidense de Libertades Civiles) han alzado sus voces, señalando este como el único caso documentado en años recientes de un periodista detenido por su labor en Estados Unidos. La ACLU sostiene que su arresto prolongado y deportación fueron una represalia directa por documentar operativos migratorios, incluidas redadas de ICE. Es la primera vez que la CPJ documenta un caso de represalia por actividad periodística que culmina en la deportación de un comunicador. Sin embargo, el Departamento de Seguridad Nacional ha negado categóricamente estas acusaciones, argumentando que Guevara se encontraba en el país de manera ilegal.
Giovanni Díaz, abogado del estudio Díaz & Gaeta Law que representa a Guevara, describió el caso como una situación “nueva y única”, señalando que es la primera vez en su carrera que le niegan una solicitud para trasladar un caso a la Corte de Inmigración cuando el solicitante claramente califica para la residencia. Díaz explicó a Univision que existen dos caminos legales para que Guevara regrese a Estados Unidos: el proceso de apelación pendiente en el Circuito 11, que podría forzar al gobierno a traerlo de regreso (similar al caso Abrego García), y el proceso consular para obtener la residencia legal a través de su hijo ciudadano estadounidense. “Mario califica claramente para la residencia; es un caso muy normal y común en el mundo de inmigración”, afirmó el abogado. No obstante, Guevara no tiene antecedentes penales, no representa peligro para la comunidad, y siempre tuvo autorización para trabajar en Estados Unidos.
El caso de Mario Guevara no es un incidente aislado; es un reflejo de las tensiones existentes entre la libertad de prensa y las políticas migratorias en Estados Unidos. Su historia nos invita a reflexionar sobre la importancia de proteger a quienes informan, especialmente en comunidades vulnerables, y a cuestionar las motivaciones detrás de ciertas acciones gubernamentales. Su compromiso con la verdad, el cual expresó al llegar a su país de origen, publicando en Facebook: “¡Listos para seguir trabajando al doble desde mi tierra, así lo ha querido mi Dios!” a la vez que disfrutaba de unas ricas pupusas, nos recuerda que, a pesar de los obstáculos, el periodismo siempre busca una manera de prevalecer.
Fuente oficial | El Nuevo Día, Univision
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