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Vuelo Ryanair evadió tormenta Amy y aterrizó en Manchester con combustible al límite

De Pisa a Escocia con suspenso: los pilotos salvaron el día con solo 220 kilos de combustible y una decisión rápida

Por Patrick D'appollonio
Publicado el 14 de octubre del 2025
3 minutos de lectura • 486 palabras

Los pasajeros viajaron en avión desde la soleada Pisa en Italia hacia el fresco Prestwick en Escocia, solo para que una tormenta les cambiara todos los planes. Eso les pasó a los viajeros del vuelo FR3418 de Ryanair la noche del viernes pasado, cuando la tormenta Amy azotaba con vientos de hasta 160 kilómetros por hora, impidiendo cualquier aterrizaje seguro en el destino original. Los pilotos, que enfrentaron condiciones extremas típicas de las tormentas atlánticas que a veces barren el Reino Unido, decidieron no arriesgarse y optaron por maniobras alternativas para proteger a todos a bordo.

El Boeing 737-800 de Ryanair en un aeropuerto

Después de tres intentos fallidos de aterrizar en Prestwick, donde el avión Boeing 737-800 se sacudía violentamente por las ráfagas, el equipo de vuelo probó suerte en Edimburgo, pero las turbulencias sobre el Firth of Forth (ese estuario escocés que une al mar del Norte) hicieron imposible el descenso. En ese momento crítico, los pilotos emitieron una llamada de mayday, señal de emergencia en aviación que alerta a las autoridades de un peligro inminente, y dirigieron la aeronave hacia Manchester, donde el clima era más benigno. Esta decisión rápida evitó un desastre mayor, aunque el vuelo terminó convirtiéndose en una odisea inesperada para los cerca de 189 pasajeros que llevaba.

Lo que hizo esta historia aún más tensa fue la cantidad de combustible restante al aterrizar en Manchester: solo 220 kilogramos, según un registro técnico manuscrito que circula y ha sido revisado por expertos. Eso equivalía a apenas cinco o seis minutos de vuelo, un margen peligrosamente estrecho que puso en relieve cómo las reservas obligatorias de combustible en los vuelos comerciales (un requisito internacional para emergencias) se agotaron al límite. Un piloto experimentado comentó que con menos de 1.500 kilogramos, la situación se volvía sudorosa, y esto rozó lo fatal, recordándonos la importancia de la preparación en la aviación.

La aerolínea Ryanair notificó inmediatamente el incidente a las autoridades el mismo viernes 3 de octubre, y comenzó a colaborar plenamente con la investigación en curso liderada por la rama de Investigación de Accidentes Aéreos del Reino Unido, conocida como AAIB por sus siglas en inglés. Esta entidad independiente comenzó a examinar estos eventos serios para mejorar la seguridad, recolectó evidencias y entrevistó a involucrados sin culpar a nadie de entrada. Mientras tanto, la compañía optó por mantener silencio sobre detalles, priorizando el proceso oficial que podría revelar lecciones valiosas para futuras operaciones en mal tiempo.

Uno de los pasajeros, Alexander Marchi, relató al periódico Ayr Advertiser cómo la calma reinaba hasta los descensos, donde el avión brincaba como en una montaña rusa, generando preocupación entre algunos. Finalmente, los viajeros fueron trasladados en autobús desde Manchester hasta Prestwick, llegando diez horas después del horario previsto de las 6 de la tarde. Estas experiencias, aunque estresantes, destacaron la resiliencia de la tripulación y cómo, en aviación, la seguridad siempre se antepuso, incluso si significó un desvío largo.

Fuente | The Guardian